¿Se pueden mezclar los quemadores de grasa con alcohol?
La respuesta sencilla, corta y rápida es: no. No se debe mezclar un quemador de grasa y alcohol. De hecho, no se recomienda consumir alcohol si queremos bajar de peso dado dado que aporta calorías vacías, en especial azúcares.
¿Por qué no se recomienda mezclar un quemador de grasa con alcohol?
Hay dos razones principales. La primera, que el alcohol limita el efecto de estos suplementos. La segunda, los posibles efectos secundarios e interacciones negativas.
Empecemos por el primer punto. ¿Por qué el alcohol limita los beneficios que ofrecen los quemadores de grasa?
Este tipo de suplementos, además de ayudar a quemar grasa más rápido, estimulan el sistema nervioso central, aportando energía y concentración. En otras ocasiones, además, puede ayudar a suprimir el apetito y a mejorar el estado de ánimo.
El alcohol, acaba con la mayoría de estos efectos:
- El alcohol es un depresor (1). Esto quiere decir que el efecto estimulante que nos ofrecen los quemadores de grasa, que deben ayudarnos a mantenernos activos, se pierde. También puede ralentizar el metabolismo.
- El alcohol contiene azúcar, lo que hace que aumenten los niveles de insulina (2), provocando que nuestra capacidad de quemar grasa se vea reducida.
- El alto aporte calórico que ofrece el alcohol reemplaza rápidamente las calorías que hayamos conseguido evitar con la supresión del apetito y las que hayamos quemado con el ejercicio físico y el efecto termogénico (3).
- Dado que el etanol es un elemento tóxico, se convierte en un combustible prioritario a metabolizar. Esto hace que la quema de grasa se convierta, automáticamente, en una actividad en segundo plano para nuestro organismo (4).
Pero como hemos mencionado más arriba, el alcohol no solo inhibe su potencial sino que también puede generar efectos secundarios.
Y por si fuera poco, toda bebida con alcohol produce deshidratación, algo que los quemadores de grasa también pueden provocar. La mezcla de estas dos sustancias pueden provocar que la recuperación del músculo tras el ejercicio físico se vea perjudicada.
Además, beber alcohol también altera los niveles hormonales, eleva los niveles de cortisol y reduce la testosterona.
Esto hará que la formación del músculo sea un objetivo aún más complicado, y la acumulación de grasa un trabajo mucho más sencillo.
Finalmente, cabe destacar el consumo de alcohol puede reducir las habilidades cognitivas. Con una menor capacidad de concentración, mantener una rutina de ejercicio saludable será aún más complicado.